Posteado por: alejandrolodi | 30 marzo, 2018

El fallido de Harari

Alejandro Lodi

(Marzo 2018)

En “Homo Deus”, Yuval Noah Harari sostiene que somos dos. Antes que individuos, dividuos. Distingue entre el yo experimentador y el yo narrador. Describe al yo experimentador como “nuestra conciencia constante”; es quien da respuesta (o reacción) inmediata a los estímulos de la experiencia, sin otra valoración que la sensación perceptiva presente. El yo narrador, en cambio, “está siempre atareado narrando historias sobre el pasado y haciendo planes para el futuro” y además “teje el relato únicamente a partir de momentos culminantes y resultados finales”. Finalmente, Harari arriba a la previsible conclusión de que “la mayoría de la gente se identifica con su yo narrador”.

En parte de un modo inconsciente, en parte de un modo deliberado, nuestra conciencia crea una imagen de nosotros mismos. Esa imagen personal -ese yo- determina un origen y una proyección, implica un pasado y propone un futuro, construye una historia y diseña un sentido orientador. Se conforma así un relato de nosotros mismos al que reconocemos como “aquello que auténticamente somos”. El yo es el protagonista principal de ese relato que aquieta la incertidumbre existencial: gracias  a él (nos convencemos que) sabemos quiénes somos y hacia dónde vamos. La única condición –el pacto mefistofélico- es que la energía de nuestra vida debe consagrarse a confirmar esa narración porque es ella la única garantía de sentido. Aceptar el relato como una ilusión implicaría ya no ser. De este modo, el relato le da valor a la experiencia. Lo que importa es el relato, no lo que experimentamos. Necesitamos narrar lo que percibimos de un modo que valide el relato, la traza del pasado al futuro, la historia y su propósito. Necesitamos entonces controlar la experiencia perceptiva y ajustarla al conveniente diseño. La conciencia se identifica con el yo narrador y le teme a (se protege de) el yo experimentador, porque lo siente como un potencial saboteador de sentido.

Pero ¿qué pasa si nuestra conciencia experimenta algo que contradice al yo narrador? ¿Si, por ejemplo, percibimos que, fieles al relato en el que hemos hecho identidad y que le da sentido a nuestra vida, generamos sufrimiento en los demás o en nosotros mismos? Esto es lo que se pregunta Harari: “¿qué ocurre cuando los relatos que teje nuestro yo narrador nos causan gran daño o lo causan a los que nos rodean?”. Y allí recuerda a Borges y el planteo de su cuento “Un problema”: imaginar la reacción de Alonso Quijano si descubre que, como Don Quijote, en una de sus fantásticas batallas ha matado a un ser humano. Según Harari, Borges expone tres posibilidades:

  1. Que la magnitud de su delirio no lo perturbara ante la evidente experiencia homicida.
  2. Que el impacto perceptivo lo despertara, con horror, de la pesadilla de su ilusión.
  3. Que la necesidad de sostener el sentido de su relato prevaleciera al espanto de sus actos, los justificara con conciencia y cristalizara, entonces, su desvarío.

A favor de la hipótesis de su libro, Harari concluye que la tercera opción es la que los humanos habitualmente elegimos. Una percepción dolorosamente verificable y con la cual no es difícil coincidir. Sin embargo, aquí es donde, habiéndolo recordado, también olvida a Borges. Acaso capturado por su yo narrador, omite lo que a su yo experimentador seguramente le consta del acto de lectura del texto, y que es -nada menos- una cuarta posibilidad que presenta el cuento:

Queda otra conjetura, que es ajena al orbe español y aun al orbe del Occidente y requiere un ámbito más antiguo, más complejo y más fatigado. Don Quijote –que ya no es don Quijote sino un rey de los ciclos del Indostán- intuye ante el cadáver del enemigo que matar y engendrar son actos divinos o mágicos que notoriamente trascienden la condición humana. Sabe que el muerto es ilusorio como lo son la espada sangrienta que le pesa en la mano y él mismo y toda su vida pretérita y los vastos dioses y el universo.

Un significativo fallido. No eran tres, como escribe Harari, sino cuatro las conjeturas que Borges imagina -y nos propone imaginar- ante el supuesto de aquel súbito y horroroso discernimiento: el de la conciencia del daño que produce la ficción que nos da identidad. Y esa cuarta variante “es ajena al orbe español y aun al orbe del Occidente y requiere un ámbito más antiguo, más complejo y más fatigado…”. Los astrólogos nos vemos tentados a vincularla con familiares símbolos: la cualidad de Piscis, el obrar de Neptuno, el territorio de la duodécima casa. También a convencernos de correspondencias: la obra de los implacables algoritmos (Homo Deus) carece de capítulo 12… La gracia de un orden mandálico en donde el tiempo es circular permite que Borges transparente la sombra de una teoría 16 años antes de que el propio autor naciera, que exponga lo que está más allá de todo algoritmo y de todo metódico patrón del devenir. “¡Eso también es un algoritmo!” diría Harari. Una especie de ruina circular. Los riesgos y el deleite de involucar a Borges.


Respuestas

  1. EXCELENTE! Léelo y lo conversamos

    >

  2. Hola Ale, que articulo, no?
    Ahora, me parece que como todo diseño, que queda muy bien explicado, no vemos el IN (dentro) lo que hay dentro del InDividuo que lo hace dividuos. Es decir un tercer personaje.

    Esta incapacidad de ver lo global y lo colectivo en la particularidad, propia del humano, nos deja enganchados en esta obra sin fin entre Narrador y Experimentador dejando entre bambalinas al tercer personaje que es el que porta el propósito de la realidad en el cual transcurren su existencia estos otros dos personajes. Es una obra en donde se pasan validando el pasado, echándole la culpa al pasado y generando sufrimiento.

    Ahora, en este juego, el sufrimiento como carga emocional, nosotros lo vemos que es algo para eliminar, pero a nadie se le ocurre que tal vez tenga el propósito de expandir conciencia, tomar esa carga como combustible de una expansión mayor. Sufro porque me doy cuenta que creo que SOY dividuo. Y estar no es lo mismo que ser.. Si Soy Dividuo estoy dividido, sin ver el IN. Si Estoy Dividuo veo desde el INDividuo. Otra cosa, nada que ver.

    Nuevas preguntas abiertas, donde no buscamos respuestas dentro del diseño de «estos dos» y abre una nueva neurología, aparece un esbozo de este tercer personaje con su propósito abstracto dentro del individuo, y tal vez nuestro presente empieza a ser leído desde el mejor futuro de la tierra y…. nueva capacidad de respuesta. Como en la película interestelar, vio…?
    Un gran abrazo como siempre.

    • Gracias Dolores. Qué bueno saber de vos. Y que nos recuerdes el tercer personaje. Abrazo

    • Interesante conentario te preg cual seria el tercer personaje y cual seria su proposito?

  3. El yo narrador, pariente del chamu-yo

  4. Hola!!!
    Me gusta pero reconozco la experiencia de nacimiento tanto como la de morir….sin juicio, solo experiencia.

  5. ¡Que belleza de texto!

  6. Hola, buenísimo el artículo. Gracias!
    El final se me hizo muy veloz y creo que no lo caché.
    Si me tiras alguna punta, bienvenida!
    Si no sigo investigando.
    Me gusta mucho cómo escribes.
    GRACIAS!

  7. Sin duda , mayoritariamente los humanos preferimos justificar, encontrar con distintas capacidades , y sustentos dialecticos la justificacion del controvertida acto realizado permitiendo volver a ser sustentables , coerentes, con el relato . Somos y nos reconocen por eso.
    Despues de todo , de la curiosidad mas grande de la duda y cuestionar , llegar a ser sencillo , simple es sabiduria.

  8. Sin duda , mayoritariamente los humanos preferimos justificar, encontrar con distintas capacidades , y sustentos dialecticos la justificacion del controvertida acto realizado permitiendo volver a ser sustentables , coerentes, con el relato . Somos y nos reconocen por eso.
    Despues de todo , de la curiosidad mas grande de la duda y cuestionar , llegar a ser sencillo , simple es sabiduria.

  9. Muy interesante hay gente que hasta escribe libros donde #sinceramente #expone su maravilloso actuar ,,,lo terrible son los que hasta hacen cola para comprar el libro hummmm gracias Ale

  10. Sea buena. Un libro no se le niega a nadie. Hasta yo escribo libros… Gracias Marta. Abrazo

  11. Si la experiencia del impacto de la percepción nos confronta con una verdad que al narrador distorsivo se le escapa o que voluntariamente encubre…. lo que viene después podría ser una construcción de un relato del sí más honesto, más cercano a la experiencia? puede alguien desde afuera y a la distancia ( sobre todo en el caso de personajes históricos) evaluar este relato? Gracias Alejandro… leerte siempre es sentir que uno se tira en clavado al océano

    • Seguramente, aceptar la sombra del relato genere un relato más honesto… que tendrá su sombra. Todo lo que percibimos se traduce a nuestra conciencia como representación. Para los astrólogos, un juego entre Neptuno y Mercurio. Gracias Ione. Abrazo.

  12. Para interpelar al «narrador».. en època de puja entre relatos…
    Gracias Alejandro, preciso y poètico, como siempre!!

  13. «…aquel súbito y horroroso discernimiento: el de la conciencia del daño que produce la ficción que nos da identidad…» muy interesante inside… pero no entiendo qué decis de ello.

  14. Gurdjieff dice que tenemos «topes» que nos protejen del conflicto de darnos cuenta de nuestras contradicciones, de hacernos cargo de aquellas partes que negamos de nosotros mismos.Y que querer verlas, atravesar esos topes , viene de un nteres en trascender la propia personalidad creada, para ir en busca de lo que verdaderamente somos: nuestro Ser…Y eso no es tan facilito… Al Ego no le gusta nada.

  15. La cultura no es un medio para la búsqueda de la verdad.

    El intelecto es la mano que sostiene la herramienta de la identidad (creada por la cultura)

    El intelecto siempre espera sentirse empoderado por la memoria.

    La memoria es el mecanismo con el que definimos nuestros límites.


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